Max, o Maxi como lo conoce la mayoría, es sin duda el miembro de la equipa más popular entre los abuelos y los niños. Desde que comenzamos a construir el primer huerto en CDP nos ha acompañado, ganándose el corazón de todos con su juguetona simpatía: ¡Es el favorito de la directora de Casa de la Divina Providencia!
Él ha sido mi compañero perruno desde 2015, cuando lo adopté de un refugio de las afueras de la ciudad #AdoptaNoCompres. Le calculaban alrededor de un año de edad, pues ellos lo habían rescatado de la perrera municipal donde su primera familia lo estaba abandonando aún siendo cachorro para ser ejecutado. Vivió medio año con muchos otros perros en el centro de rescate antes de ser puesto en adopción. Aunque al principio fue cauteloso, ahora sabe que somos compañeros de por vida y que me acompaña a todos lados.
Además de tener un carácter afable, Max también es un perro que ha sido entrenado para comportarse en ambientes humanos: se sabe sentar, echar, dar la pata, quedarse quieto y pararse sobre sus patas traseras. Sus actividades favoritas son salir a caminar, jugar con pelotas, corretear ardillas, jugar con sus juguetes, comer galletas y dormir.