Me gusta la idea de que somos una nueva impronta sobre la suma de la genética y las experiencias de nuestros ancestros. Tuve la fortuna de que mi infancia contara con mis cuatro abuelos y mis padres, quienes me inculcaron la filosofía de dar. Me enseñaron que el Tiempo es el Maestro de la Vida y que las lecciones vienen en cada vivencia. Crecer acompañada de mi abuela materna me mostró que muchas de las cosas que me decía, fruto de la experiencia de sus años, eran verdad simplemente porque la vida son ciclos que se repiten ad infinitum.
Con esto en mente es que se decidió que cada huerta honrara a esas personas especiales que con sus acciones y sus enseñanzas nos han mostrado el camino. Como ambas huertas fueron donadas por el presidente – Dr. Andy Kluger – de la asociación que nos apoya – BookBank USA – , la primera huerta la dedicó a la memoria de sus padres (fundadores de BookBank Usa en 1963), mientras que la segunda huerta fue dedicada a la memoria de uno de sus mejores amigos y sin duda uno de los míos: mi padre Jorge Monterrubio. Es gracias al ejemplo de ambos y a su gran apoyo que este proyecto es una realidad.