Texto: Coral Gómez
Experiencias de trabajo como guía de menores institucionalizados en la CDMX.
Daniel Espinoza labora actualmente en Fundación PAIDI. Hemos trabajado con él desde junio de 2020, cuando comenzaron los encuentros Germinando Lazos Inter Asociaciones (GLIA) en modalidad virtual. Como asociación que se vincula con otras instituciones, nos parece necesario conocer las experiencias y retos que se presentan en el campo profesional de las personas con las que trabajamos. Por ello, en esta entrevista Daniel nos comparte el trabajo que ha realizado y algunas experiencias que ha tenido por más de una década en diferentes instituciones que resguardan menores y adolescentes.
C: ¿Quién es Daniel Espinoza?
D: Soy psicólogo, egresado de la Universidad Autónoma de México; trabajo como orientador en la Institución PAIDI. Tengo apenas tres meses de estar laborando aquí. Tengo el título de psicología y me especialicé en el área educativa y social; en ocasiones también trabajo en el área clínica de manera independiente o privada. Tengo 10 años de experiencia en el sector social, enfocado especialmente en el área de niños y adolescentes en situación de riesgo.
C: Daniel ya nos contaste un poco de tu preparación profesional, pero ¿Cuál es la preparación, no sólo en sentido académico, que se debe tener para trabajar con menores de casas hogar y acompañarlos en su crecimiento y desarrollo integral?
D: La experiencia que me han dado las áreas de las ciencias sociales son las más afines al trabajo en el sector social; sin embargo, mi experiencia también me ha permitido compartir las cuestiones laborales con otras profesiones: matemáticos, físicos, biólogos e ingenieros que también tienen consciencia social y se suman a las causas, a lo mejor no de una manera muy directa con la población, pero siempre desde su enfoque. Cualquier persona dentro del área profesional puede participar con estas poblaciones, siempre y cuando tengan habilidades principalmente de empatía y comunicación favorable y asertiva. Tuve la oportunidad de estudiar un diplomado en atención terapéutica a personas afectadas por violencia. Después de terminarlo se me abrió otro panorama: pude reconocer en los otros compañeros de trabajo estas áreas de oportunidad que teníamos para mejorar las situaciones con los chicos, principalmente porque muchas veces no nos damos cuenta que en un saludo, podemos ser agresivos o podemos representar aquellas personas violentas que marcaron las vidas de estos chicos en sus primeros años. A veces una sonrisa sarcástica, una palabra mal dicha o mal pronunciada, puede suscitar un gran desborde emocional de cualquier niño o niña.
C: En tu experiencia, ¿Cómo se van construyendo límites, valores, armonía, cordialidad en un espacio donde viven y conviven varios menores de diferentes edades y con diferentes historias?
D: Yo creo que como en todas las sociedades – con los códigos de ética y los códigos de comportamientos. Todos venimos de una familia y en cada una de ellas hay comportamientos distintos, cosas que son bien y mal vistas, también dependiendo de nuestra cultura hay comportamientos aceptados y no. Entonces, lo primordial, cuando yo llego ante cualquier institución es conocer el código de ética, tanto de los trabajadores como de las poblaciones que son atendidas, y a partir de los acuerdos de convivencia que haya, de los acuerdos de comportamiento que existen, de ahí voy viendo cómo voy navegando; en qué momento puedo ser laxo con los chicos y en qué momento tengo que ser más estricto, en qué momento puedo utilizar un tono de voz más elevado o más pasivo, yo creo que eso es lo que nos permite a todos, tener una sana convivencia. Eso es lo que me permite orientar a los chicos desde sus comportamientos. Trato de poner los ejemplos, de estar siempre retroalimentando cómo se sienten cuando comenten conductas inapropiadas o preguntarles cómo se sienten cuando se dan cuenta que sus conductas son las adecuadas. Desde ahí me voy dando cuenta para ir tomando ese timón; yo veo a los chicos como un barco en una gran tormenta. A partir de ir descubriendo sus habilidades y reconocerlas, permite que ellos se reconozcan como personas y se hagan conscientes de que son parte de un grupo, y si ellos no ponen de su parte, el grupo puede ser destruido. Muy importante ser empático.
C: Pensando que tal vez te van a leer personas que están interesadas en temas de niñez o infancias en casas hogar, ¿Qué te gustaría compartir de tu experiencia trabajando en estas instituciones y a lo mejor alguna en particular?
D: Esta experiencia ha sido en ocasiones muy satisfactoria y en ocasiones angustiante, por la cuestión emocional principalmente. He tenido la fortuna de trabajar en diferentes instituciones como Aldeas Infantiles o IPODERAC; cada una de ellas me ha marcado. He conocido a todo tipo de personas y eso me ha permitido tener esa balanza, poder abordar a todo tipo de individuos. Me ha permitido la habilidad de saber escuchar, me he convertido en una especie de juez, escuchar a todos. Me gusta conocer a detalle todas las situaciones, cómo lo vive el orientador, la psicóloga, la directora, los niños, la maestra, los padres de familia, todo eso me permite hilar una historia. Una de mis herramientas es el enfoque sistémico, eso me permite hacer un gran mapa de una historia. Siempre que llego a un trabajo, lo primero que hago es la inducción, un análisis de casos para conocer, saber desde el primer día, cómo voy a intervenir con cada uno de los chicos; cada uno de ellos es una historia diferente, aunque sea la misma condición, llámese abusos, llámese maltrato, llámese adicción, llámese abandono, todos los viven de diferente forma, lo conceptualizan de diferente forma y lo van a trabajar de diferente forma. A algunos les costará más trabajo salir de un trauma, para otros será más sencillo. Eso como experiencia de vida me ha dado una habilidad que también he llevado a mis relaciones sociales diarias, en mi casa, con mi familia, con mi hija. Al día de hoy me considero muy afortunado de haber trabajado en diferentes sitios. Estar en diferentes instituciones me ha permitido ampliar mi panorama de trabajo, porque he ido aprendiendo de todas las personas con las que trabajo, de todas las chicas y chicos. Aunque cabe decir que en la labor diaria, no importa si tienes la experiencia de muchos años: luego se te presentan situaciones que no sabes qué hacer, y ahí es donde pongo en prueba otra de las habilidades que he aprendido en este trayecto y es la humildad. Si tú no eres humilde y te clavas en la soberbia de que eres experto o de que ya trabajaste en tal lugar, conoces a tal persona, o todo eso, también se vuelve una limitante, puede ser una traba. Por la soberbia no preguntas y te das el lujo de intervenir sin el conocimiento previo y eso, puede causar una mala intervención que pueda ser catastrófica, por el simple hecho de no preguntar.
C: Finalmente Daniel, pensando en todo lo que me estás compartiendo y en otras personas que se acercan y quieren ser voluntarios o voluntarias o quieren hacer un trabajo dentro de una institución, en concreto, para estas personas que quieren trabajar con niños y niñas de casas hogar. ¿Tú qué consejo les darías?
D: La palabra lo dice, la voluntad. La voluntad nos permite entrar en estos trabajos. Si todos llegamos programados de sea lo que sea que vayamos a aportar, sea la sonrisa, sea ayudar a barrer, ayudar a llevar a alguien al médico, pasar un plato de comida, escuchar un momento de llanto, que sea desde la cuestión de voluntad, del buen compartir, de poder hacer un cambio. Muchas veces no tenemos programado eso. Si tú no tienes buena voluntad y llega el otro, aunque tenga menor experiencia laboral o académica, simplemente con que tenga una mejor actitud, o una mejor voluntad, rápidamente derroca lo que tú quisiste hacer sin voluntad. Esa es la invitación que siempre le hago a los compañeros, les he dicho a casi egresados, chicos se acabó la escuela, bienvenidos a la realidad, pónganse la camiseta de la vida. Eso nos va a permitir llevar un trabajo súper bueno. Ese sería un consejo, la buena voluntad.
Agradecemos a Daniel el compartirnos parte de su conocimiento y experiencias en esta entrevista. Invitamos a nuestros lectores, a conocer el trabajo que realiza Fundación PAIDI, a través de su página web: www.paidi.org . Nos vemos en la próxima entrevista.