En la pureza del concepto “medición”, no existe una forma de obtener datos duros que involucren la subjetividad humana, pero en la antropología, la psicología y la investigación de mercados se han desarrollado y se utilizan herramientas cualitativas para establecer tendencias y tener datos aproximados sobre las generalidades ya estudiadas y codificadas del comportamiento y bienestar humano.
Un análisis cualitativo cobra sentido cuando se observa desde el macro-esquema: los individuos son las células de la sociedad; si la mayoría están más enfermos que sanos, el tiempo de supervivencia del cuerpo será corto. Y así como la ciencia ha avanzado a pasos agigantados para mostrarnos que las células enfermas se pueden sanar y un cuerpo con cáncer puede remitir y regresar a un estado de buena salud, así también las mediciones de los muchos proyectos sociales que hay en México, formados por personas que creen y crean un país con paz y bienestar para sus habitantes, muestran que mejorar la calidad de vida de los individuos mejora también la de la sociedad.
El aspecto económico de los proyectos es algo que también influye en la necesidad de la medición de resultados. Aún cuando los proyectos son sin fines de lucro, viven dentro de un sistema capitalista, y por lo tanto requieren de dinero y objetos materiales para subsistir en él. El retorno de inversión, por lo tanto, es tan relevante como lo sería para cualquier persona produciendo y vendiendo un bien o servicio, aún si los resultados no se ven en pesos ganados sino en pesos ahorrados. La forma más eficiente que hemos encontrado de hacer un comparativo de resultados relacionado a la inversión, es equiparando nuestras actividades con servicios y talleres privados que brinden beneficios similares y que estén disponibles a la venta al público en general, haciendo una media del costo que podrían tener por persona para poder tener al menos un referente real. Tomamos en consideración el costo por hora de servicios tangibles, como clases o talleres de huerto urbano, terapias grupales y los costos más económicos que encontramos en verduras orgánicas para compararlo con el costo mensual de mantener el huerto y el taller semanal, además del consumo de la cosecha. Este marco referencial nos permitió determinar un costo promedio mensual por persona participante y compararlo con el precio de obtener todos los beneficios por separado en diferentes talleres, lugares y personas, demostrando una clara ventaja del costo per capita para el proyecto de huerto con las y los abuelos de las dos casas.
Parte 2 – ¡Próxima semana!
-Editado por Tania Pineda J.