La expresión “matemáticas es el lenguaje universal” significa, entre otras cosas, que todo se puede expresar en ecuaciones matemáticas, o dicho de otra forma, que las matemáticas atraviesan todo lo que nuestros cinco sentidos perciben como “realidad”[1]. Pero si ponemos atención y volvemos a ver lo que ya habíamos visto antes, como las hojas en el tallo de una rosa, podemos encontrar las ecuaciones que viven dentro de las plantas.
El estudio del acomodo de las hojas que cada planta hace a lo largo de su crecimiento se llama “filotaxis” -de las raíces griegas phýllon «hoja» y táxis «acomodo»-, y puede ser: a) alternada b) opuestas (decusadas) c) dísticas y d) verticilidas. En el caso de la alcachofa, por ejemplo, si todo va bien con su vida y las hojas pueden crecer a su ritmo óptimo, la posición de cada hoja se puede predecir con la fórmula matemática conocida como “secuencia Fibonacci”, que a su vez también crea la fórmula de la proporción áurea, misma que las plantas también exhiben en su diseño. Diferentes investigadores han encontrado otras ecuaciones en otras plantas, e incluso algunos en Japón creen que podría haber una que las englobara a todas.
¿Por qué habría de coincidir una “ciencia descubierta por el ser humano” con una “creación” o “naturaleza”? ¿Por qué los copos de nieve son figuras simétricas y no unas manchas deformes, si solo son gotas de agua a las que les pega el viento helado? ¿Por qué las abejas construyen el panal en hexágonos – cómo saben que es la figura geométrica más eficiente para la construcción vertical por la distribución del peso (gravedad) en tres superfices versus una del cuadrado?
Las plantas son seres vivos que no se comportan como los animales, pero que sin duda están conectadas a lo mismo que tú y yo, y nos regimos por las mismas “leyes de física” o “matemáticas” como la gravedad o la fuerza centrífuga. Nosotros los humanos, además, somos ecuaciones privilegiadas, pues a diferencia de muchos seres vivos, somos capaces de crear nuestras propias ecuaciones, siendo la más universal de ellas la música (¡sí, la música también es matemáticas!). Descubrir que todos los seres vivos y todo lo que creamos con nuestros sentidos está inevitablemente ligado a una fórmula matemática puede parecer aburrido o abrumador, pero con paciencia y curiosidad puedes usar esta información como una herramienta que te ayude a resolver mejor los retos que la vida te ponga. Si al final todo es una fórmula, la cantidad de resultados diferentes que cualquier acción pueda provocar siempre será limitada y conocida, y podemos tomar decisiones informadas antes de actuar o tomar decisiones.
Nota de la autora – No sé si este artículo será de interés para nuestras lectoras (¿y lectores?) pero si tú llegaste hasta aquí, espero que estas palabras que escribí para ti te hayan provocado una chispa de curiosidad luminosa diferente a las habituales. Es el mejor regalo que podría darte con mi trabajo/escritura.
[1] Entrecomillo pues recordemos que otros animales (como ejemplo perros y gatos) ven y oyen cosas que nosotros los humanos no podemos ver y oír.